Exposición de dibujos de Francisco Rivero Gil

El miércoles, día 8 de marzo, a las siete y media de la tarde, se inaugurará la exposición de dibujos de Francisco Rivero Gil.

Permanecerá abierta hasta el día 31 de este mes de marzo, en horario de 19:00 a 20:30 horas, de lunes a viernes.

Francisco Rivero (Santander, 1889 – México 1972) fue pintor, dibujante, cartelista, ilustrador y caricaturista.

Estudió en el Instituto Santa Clara y luego en la Escuela de Artes y Oficios.

En 1915 comenzó a colaborar con el periódico El Pueblo Cántabro y dos años más tarde obtuvo plaza de delineante en el Catastro de Madrid. Entre 1919 y 1921 vivió en Sevilla, donde se matriculó en la Escuela de Bellas Artes, iniciándose en el muralismo.

y después hizo el servicio militar participando en la Guerra de Marruecos. Fue corresponsal de El Pueblo Cántabro, enviando tanto dibujos como crónicas de guerra bajo el título de «Cosucas de un soldado expedicionario».

En ese mismo diario publicó, junto al periodista Ezequiel Cuevas y el fotógrafo Tomás Quintana -Samot- el «Álbum-Recuerdo del Batallón de Valencia en Marruecos (1921 – 1922)».

En 1921 comenzó a trabajar para la Editorial Espasa-Calpe, como ilustrador de las portadas de los libros.

En 1922 se inauguró en el Ateneo su primera exposición individual.

Produjo obras costumbristas («Paisano y paisana») y caricaturas (en la sección «Gente Conocida») de El Pueblo Cántabro.

En 1928 se trasladó de nuevo a Madrid, trabajando para varios periódicos (El Sol, La Libertad) y revistas (La Codorniz, La Esfera, Estampa).

Con el comienzo de la Guerra Civil, inició su colaboración con el Gobierno de la República, trabajando como dibujante de prensa para Informaciones y El Socialista. A finales de 1936 se trasladaba primero a Valencia y después a Barcelona, ciudad en la que permaneció hasta su exilio. Su compromiso ideológico se plasmó en los trabajos que realiza en las revistas y publicaciones catalanas —La Batalla, La Fragua Social, Euzkadi, Mirador, Norte, Marmas y Litras, Cirticon, Treball y L’Esquella de la Torratxa—. En este contexto de colaboración con el Gobierno de la República hay que reseñar otros trabajos como el titulado Aleluyas de la Defensa de Euzkadi, publicado por el Comisariado de Propaganda de la Generalitat de Cataluña, o los carteles que realizó para la Jefatura de Sanidad como el titulado Las enfermedades y para el Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM. Además, durante su estancia en la Ciudad Condal llevó a cabo un trabajo mural para el restaurante de Luis Prieto.

A raíz de la caída de Barcelona en enero de 1939, Rivero Gil salió de España hacia Francia, En 1940 salió con su familia hacia Santo Domingo, de donde partió hacia Bogotá. En esta ciudad colaboró de forma comprometida en Pro France Libre y en El Tiempo, donde llegó a convertirse en el principal caricaturista. Asimismo, realizó dibujos, retratos, viñetas, e ilustra portadas para las revistas España, Cromos, Hojas de Poesía y Macaco.

Tras casi cuatro años de permanencia en Colombia, decidió trasladarse en 1944 a México, ciudad en la que fijó definitivamente su residencia. Enseguida consigue introducirse en la vida cultural, participando en distintas tertulias como la del Café Sorrento, y laboral, iniciando su colaboración en el semanario Francia Libre, para pasar a continuación a realizar un trabajo continuado como caricaturista en los periódicos Excelsior y El Nacional. También en otras publicaciones como Claridades, El Universal, El Torito y El Diario de la Tarde, así como para los suplementos culturales de los diarios Novedades y El Nacional y otras revistas españolas, francesas, colombianas y argentinas. Destacan las llamadas “vitrinas humorísticas” publicadas en Claridades. Junto a esta actividad desarrolla nuevos trabajos como cartelista y muralista. Inmerso de pleno en la vida cultural del país, su actividad se diversificó notablemente: impartió conferencias —en 1949 en el Ateneo Español de México—; creó a comienzos de los cincuenta, junto a José Ramón Arana, Otaola y otros amigos, el grupo Aquelarre; realizó el programa de mano de la actuación de Carmen Amaya en Nueva York; llevó a cabo la portada y dibujos de una colección sobre Antología del Cante Flamenco, editado por la casa discográfica Orfeón; compuso entre 1950 y 1955 varias portadas para la revista mexicana La Montaña; produjo en 1957 un programa humorístico en el Canal 4 de televisión; diseñó en 1961 y 1966 las portadas de El juglarón de León Felipe y de aquellos tiempos de Emilio Criado Moreno; colaboró habitualmente entre 1962 y 1972 en el Diario de la tarde.

Falleció en la capital mexicana ese año, tras treinta y tres años de exilio.

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