El 1 de junio de 2017 se inauguró la exposición fotográfica titulada «De Naturalezas y Hombres», de José A. Gallego.

El pasado 1 de junio inauguramos la muestra fotográfica de José A. Gallego titulada «De naturalezas y Hombres», presentada por Luis A. Salcines, Presidente de la Fundación.

La exposición permanecerá abierta hasta el 23 de junio, en horario de 19 a 20:30 horas y de lunes a viernes.

 

José A. Gallego estudió Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid y en Murcia, donde se licenció. Posteriormente realizó la licenciatura en Literatura Moderna por la Universidad de Burdeos, con un trabajo sobre Albert Camus.

Obtuvo uno de los Premios Nacionales de Innovación Educativa en 1996 (mejores materiales fotográficos y audiovisuales de Nuevas Tecnologías).

Con una enorme vocación musical, pertenece al grupo musical cántabro «Poetas en la Calle», cuya trayectoria de 12 años poniendo música a poetas de todo tipo ha dado lugar a cuatro trabajos discográficos.

Sin embargo, es su faceta como fotógrafo creativo la que le ha hecho incluso traspasar fronteras gracias a diversas exposiciones individuales en España y el extranjero: en Calatayud (Zaragoza, 2008); en la sala de exposiciones «El Torco», de Suances (Cantabria, 2009); en el Centro Nacional de Fotografía de Torrelavega (Cantabria, 2009); en Nápoles (2011, Galería Monteoliveto); en el espacio Contemporánea Regina Coeli (Cantemporánea RC), de Santillana del Mar (2010).

Ganador del «Color Awards Photography Masters» (interpretación del mundo natural) en 2009.

Además, ha expuesto sus fotografías en exposiciones colectivas en galerías de Nápoles o Nueva York, así como en formato de exposición colectiva en diversas salas como el Palacio del Infantado de Guadalajara (2008), Patio de los Gigantes (Pamplona, 2006), y en ferias de arte como Arles, Berlín (2012), Milán (marzo 2013), Montecarlo (abril 2013) y en diciembre de 2014 en París (galería Etienne de Caussans).

Por otro lado, practica otro tipo de imagen menos creativa pero especialmente estética y apasionante, como es la fotografía de cielos. Observador paciente de nubes e interesado por la ciencia, ha ido acumulando un archivo de miles de imágenes clasificadas de nubes y cielos en general. Junto con José A. Quirantes es coautor del libro Atlas de Nubes y Meteoros, una obra amplia con carácter de manual y casi enciclopédica que se ha convertido en un libro imprescindible en esta materia.

Ha impartido conferencias y ponencias sobre el mundo de la fotografía y las nubes, o sobre historia de la fotografía: «El Cielo en la Historia de la Fotografía» en el Auditorio Príncipe Felipe de Oviedo con motivo del XI ENAM; «Fotografiando Cielos» con motivo del ciclo Santillana con los Cinco Sentidos; o en «La Casa Encendida» de Madrid en 2013 (Ciencia en Redes).

«Me siento deudor de fotógrafos como Atget, Augus Sander, Herbert List, Ansel Adams, Bresson, Robert Frank, o de autores más recientes como Jeff Wall, Franco Fontana, Edward Burtynsky, James Natchwey, Erwin Olaf, Ragnar Axelsson, o el italiano Luigi Ghirri. Como puede verse soy ecléctico en el mundo de la fotografía, aunque tengo una cierta tendencia a no introducir personas en mis imágenes, en parte por pudor y en parte por el peligro de individualizar demasiado la imagen. Me interesa un tipo de fotografía esencial y emotiva, donde el que mira pueda imaginar, pero al mismo tiempo pueda reflexionar y realizar un viaje interior. Al igual que el pintor, y al contrario que el escultor, el fotógrafo obliga al espectador a mirar de un determinado modo; recorta un trozo de realidad que el receptor pueda reconocer como tal o que se sienta desconcertado ante ella llegando incluso a la abstracción. Siempre me atrajo la capacidad que tiene la fotografía de que una puerta signifique todas las puertas, de que un campo vacío signifique todas las soledades, o de que un camino sea todos los caminos, o un pájaro sea el retrato de la levedad. Por otro lado creo que independientemente del discurso o el relato, siempre interesantes y fecundos, una imagen debe defenderse a sí misma. En ese sentido, pienso que a veces hay un exceso de discurso previo en un mundo como el de la fotografía que debería ser cercano al espectador general, condicionándolo innecesariamente.»

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